Editorial

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Ramírez Triana, C. A. (2016). Editorial. Punto De Vista, 6(10). https://doi.org/10.15765/pdv.v6i10.770

Resumen

Los procesos de calidad a los que se someten los sistemas educativos no solamente son necesarios sino que, bien aplicados, pueden resultar constructivos. El Ministerio de Educación Nacional (MEN) a través del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) y bajo el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (SACES), generan unos lineamientos para establecer si los programas ofrecidos por una institución de educación superior cumplen unos mínimos, y en caso de hacerlo se otorga un registro calificado o si excede unas condiciones exigentes para llegar a lo que se conoce como una Acreditación de alta calidad. Lo anterior se da programa a programa, o eventualmente se puede llegar también al orden institucional. 

Cada sede (Medellín o Bogotá) y cada modalidad (Presencial o virtual) por cada programa desencadena un proceso de escrutinio juicioso que llevan a cabo pares académicos seleccionados por el CNA. Ellos se encargan de leer un informe que se debe presentar desde el programa o la institución y vienen a corroborar lo que se presenta en ese informe, así como a plantear algunas preguntas que puedan llegar a surgir del mismo. Se lleva a cabo una inspección minuciosa desde lo general (la institución), hasta lo particular (el currículo en su respectiva modalidad). Se auscultan opiniones de profesores, estudiantes, empresarios, colaboradores; se revisan procesos de extensión e investigación, infraestructura, dotación documental, etc.

La Facultad de Ciencias Administrativas Económicas Y Contables (FCAEC) es la facultad de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano (IUPG) que, en este momento, cuenta con el mayor número de programas (40) inscritos antes el MEN: entre ellos 1 programa de maestría, varias especializaciones, programas profesionales, tecnológicos en su modalidad presencial, y virtual.   Esto implica que el nivel de vigilancia sea frecuente. Son invitaciones constantes a la mejora. Y es una invitación que no se restringe a quienes dirigen o coordinan los programas. 

Es un espacio que permea a toda la comunidad académica, iniciando por sus estudiantes. En la medida en que ellos sean comprometidos, exigentes e inquietos los programan mejoran sus impactos en las comunidades y su relación con la empresa.  Así mismo esto debe tener eco en los docentes, quienes tienen una rol motivador y de guía excepcional.  Esta guía debe trascender lo académico y fortalecer valores transversales en los estudiantes tales como trabajo arduo, cooperación, búsqueda de la excelencia a través de actualizaciones y otros horizontes. Finalmente las directivas también, a través de su poder decisorio, deben respaldar lo anterior mediante el apoyo al fortalecimiento académico, mejoras tecnológicas, inversión en investigación, entre otros.

A través de lo anterior y con el compromiso de todos se puede lograr una mejor facultad y una mejor universidad que le sirva al país mediante la formación de profesionales idóneos y competitivos.

https://doi.org/10.15765/pdv.v6i10.770

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